Dónde comer en NYC? The last one: dulces

jueves, 18 de julio de 2013

¡Y todavía no hemos hablado de cosas dulces! Bueno, el helado raruno de Chinatown no cuenta…
Por básico que fuera el desayuno, los muffins que nos daban en la cafetería de al lado del hotel junto con un café estaban buenísimos. Los mejores eran los de limón con semillas de amapola.


Teníamos apuntado en nuestra guía DIY con letras rojas y bien grandes ir a Eileen's Cheesecake a probar sus maravillosas tartas. Una tarde que estábamos por la zona (está cerca de Little Italy), nos pasamos. La tienda es muy pequeñita, con apenas algunos bancos arrimados una barra a lo largo de la pared, pero cuando te acercas al mostrador se te hace la boca agua.

Yo me temía que tuviéramos que comprar una tarta entera, como le pasó a Ni, de Maniatados (no dejéis de ver su blog) porque no venden porciones; pero últimamente están haciendo tartitas de tamaño individual, así que no tuvimos problema (si podemos llamar problema a comernos una deliciosa New York Cheesecake entre los dos). Yo me pedí una de chocolate y A de las clásicas, de fresa. Estaban a cuál más buena, ¡increíbles! Si pasáis por allí, no lo dudéis.

Otro capítulo fueron los donuts de Krispy Kreme. Nos los había recomendado mi cuñado, experto en guarrerías de este tipo como nosotros y con una larga experiencia a sus espaldas viviendo en México, EE.UU y Canadá. Antes de llegar a NYC lo busqué, y el único sitio donde los vendían recién hechos era en Penn Station. No teníamos pensado ir allí expresamente a por donuts (no somos tan "frikis", jaja), pero las circunstancias se desarrollaron de tal modo que el bus que tenía que llevarnos esa mañana a Washington DC nos dejó tirados a nosotros y a unos cuantos más y nos quedáramos sin visita (GotoBus se llamaban, los muy...). Después del cabreo inicial, como era muy temprano y no podíamos hacer otra cosa que desayunar, fuimos al puesto, compramos una caja enorme con todos los que se nos antojaron y una taza para mi cuñado, para agradecerle el  maravilloso descubrimiento. Nos fuimos de vuelta al hotel, pillamos los cafés de la cafetería de abajo y nos subimos a la habitación a disfrutarlos. ¡Fantásticos! Los mejores donuts que hemos probado en la vida. Cuando hemos vuelto a EEUU hemos intentado buscarlos. Lo único que encontramos fue en Las Vegas una cajita de agujeros de donuts Krispy Kreme, buenos, pero nada que ver con los recién hechos. Además, comértelos a media tarde y con 40 grados a la sombra no tiene la misma gracia…


Siguiendo con los dulces, también somos muy “fans” (que es más aún que ser fan) de los batidos del Johnny Rocket’s. Los descubrimos justo en Nueva York, una tarde que nos cogimos unas bicis para pasear por South Street Seaport. Como considerábamos que ya habíamos quemado demasiadas calorías, aparcamos las bicis y nos pedimos cada uno un batido de litro y medio y 1500 calorías (o eso era lo que decía la carta). Yo creo que las tenía y casi morimos en el intento, pero mereció la pena. El mío era de vainilla y oreo y el de A de fresa y plátano. Te ponían un vaso enorme y luego el cacharrito de la batidora donde lo hacen con otro porte tal cual el anterior. Buenísimos. En otro viaje, en Santa Mónica, hicimos la misma jugada, pero compartiendo, que ya tenemos una edad, jajaja.


Os preguntaréis si después de este periplo gastronómico por NYC no volvimos a España rodando, y he de deciros que no. Caminamos tanto, tanto, que a nuestro regreso estábamos tal cual, no habíamos perdido peso, pero tampoco engordado. ¡Todo un logro viniendo de “guarradasland”! Y eso que no hemos hablado de los perritos del Gray's Papapaya, las porciones de pizza a 75 centavos, los restaurantes mexicanos en el sótano de un edificio cutre, etc.

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2 comentarios:

Ni dijo...

OOOH, qué rico todo. He de decir que la tarta me la comí entera, eso sí, en un par de veces :)

A-M dijo...

Yo tampoco habría tenido problema, jaja

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