Nos vamos a Canadá!!

domingo, 7 de septiembre de 2014

Pues sí, nuestro próximo destino es la costa oeste de Canadá. Nos vamos dos semanitas con unos amigos.

Volamos a Vancouver y volvemos desde Calgary. Nuestra intención es pasar unos días en Vancouver, intentar ver ballenas (por favor, por favor que no sean tímidas!!), hacer una escapadita de un día a Seattle. Luego alquilar un coche y atravesar las Rocosas pasando por los parques nacionales de Jasper y Banff.

Estamos muy emocionados. Prometemos a la vuelta fotos magníficas (llevamos fotógrafo experto) y algún vídeo.

Deseadnos suerte con el tiempo y los animalitos!! Os lo contamos a la vuelta.

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Aprendiendo a bucear en La Herradura (Almuñécar)

miércoles, 20 de agosto de 2014

Este verano hemos repartido nuestras vacaciones entre un viajazo en septiembre (que os contaremos) y un par de semanas por nuestra tierra para disfrutar de familia y amigos. En estos días hicimos una escapada a Almuñécar para sacar por fin el título Open Water Diver de PADI que nos permitiera bucear (ya hemos desaprovechado Polinesia, República Dominicana y Tailandia sin tener certificación, pero volveremos!!).

Total, buscando por internet encontré la escuela de buceo Aqualia con precios competitivos y muy buena pinta. Fran, su propietario, se puso en contacto conmigo y me contó la filosofía de la empresa, que me encantó. Al ser escuela y no centro de buceo, priorizan ante todo la enseñanza y son muy serios con el tema. Te dan la oportunidad de repetir prácticas si las necesitas, todo orientado a que salgas de allí no sólo con un carnet, sino con habilidades, buenas prácticas y seguridad debajo del agua.


Se encuentran en la playa de la Herradura. Las prácticas las hicimos en la también magnífica playa de Marina del Este. Fueron tres días en los que hubo de todo, teoría, salidas y muchas risas y buen rollo. Tanto Fran como Miguel Ángel son magníficos profesionales ademas de encantadores. Lo pasamos muy bien, aprendimos y disfutamos de las inmersiones.


Las imágenes son cortesía de la Escuela de Buceo Aqualia. Gracias por todo, chicos.
Ahora se amplía el horizonte de nuestros viajes (aún más) y tendremos más opciones para disfrutar de futuros destinos.

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Tailandia-Camboya: Mr. Vanny

sábado, 29 de marzo de 2014

No podemos hablar de Camboya y Siem Reap sin dedicar un post a Vanny, nuestro “tuktukero” allí. Encontramos referencias suyas (todas positivas) en el foro de “LosViajeros”, y como necesitábamos a alguien que nos llevara a Angkor en los días que íbamos a pasar allí, nos decidimos a escribirle un mail a su dirección, na_vanny@yahoo.com. Nos contestó rápidamente que tenía disponibilidad y que nos recogería en el aeropuerto. Fue increíble pisar suelo camboyano por primera vez y ver a una persona sonriendo con un cartel con mi nombre, jaja.


Vanny no nos decepcionó. Habla inglés perfectamente y algo de francés, es muy fácil entenderse con él. Nos llevó al hotel y allí mismo pactamos el plan para los siguientes días. Durante este tiempo nos hizo recomendaciones y sugerencias de sitios a los que ir y posibles itinerarios que no nos defraudaron en ningún momento. A la hora que nos decía, puntualmente, estaba siempre esperándonos con su sonrisa en la puerta del hotel.

En Angkor nos dejaba en el camino de entrada de cada templo y nos esperaba a la vuelta con agua fresquita, ¡una bendición! El día que fuimos al amanecer, allí estaba el pobre a las cinco de la mañana en su tuk tuk dándonos los buenos días y con más ánimo que nosotros.
Fueron cuatro días a nuestra disposición incluyendo los trayectos al aeropuerto de ida y de vuelta, y sólo nos cobró 60$. Además, uno de los días nos llevó a un pueblo flotante bastante más alejado. Yo creo que merece la pena y mucho.

Le dijimos que íbamos a recomendar sus servicios a todo el que fuese para Camboya y, por supuesto, en nuestro blog, así que aquí estamos.

Thank you so much for everything, Vanny. We won’t forget you! 

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Tailandia-Camboya: Ayutthaya

domingo, 16 de marzo de 2014

De los cuatro días que estuvimos en Bangkok, una mañana la dedicamos a visitar Ayutthaya 
la antigua capital de Siam, a unos 80 km. de la capital. 

La mejor forma de ir es en tren. Hay trenes cada hora desde la estación de Hualamphong
puedes comprar el billete allí mismo. Los hay de 1ª, 2ª y 3ª clase. El de 2ª está bien, tiene aire
acondicionado y vale unos 5 o 6 euros al cambio. El trayecto dura 1:45. 

En la estación pudimos asistir a algo sobre lo que habíamos leído, pero que aún no habíamos
presenciado. En los lugares públicos, a las 8 de la mañana, suena el himno nacional y todo
el mundo deja lo que está haciendo para ponerse de pie muy serio y escucharlo. A las 6 de la
tarde lo vuelven a hacer. Fue muy curioso. También lo son los asientos reservados para
monjes que hay por todas partes, ya sea dentro de los autobuses, en los aeropuertos, sitios
públicos, etc.


Al llegar a Ayutthaya y salir de la estación verás muchos tuktuks alrededor esperando a que
los contrates. Es, sin duda, la mejor opción para visitar los templos. Tienen todos un precio
fijo, 200 bath/hora y pactas previamente los templos que vas a ver. Nosotros cogimos al 
primero que se nos acercó (y el más reventado, para más señas, luego os contaremos...).


También hay otros medios para hacer la visita. Si decides alquilar una bicicleta, el precio es
40 bath al día, pero no lo recomendamos, hace mucho calor y las distancias son largas. 

No hay una entrada conjunta para todo, hay que ir comprándolas en cada sitio y los precios
están entre los 20 y 60 baths. Se tarda unas tres o cuatro horas, dependiendo de los templos
que se vaya a ver. Algunos están alejados del complejo. El horario es de 8 a 18. Nosotros
vimos estos:

Wat Yai Chaya Mongkol: El más bonito de todos. La estampa típica de Ayutthaya, con 
cientos de estatuas de Buda vestidas con túnicas amarillas. Hicimos muchísimas fotos.




Wat Maha That: famoso por la foto de la cabeza de Buda entre las ramas de un árbol.


Templo de Ayutthaya

Viharn Phra Mongkol Bophit: una copia del Gran Palacio de Bangkok que alberga una
enorme escultura de buda, de las más grandes de Tailandia.
Wat Phra Si Sanphet: imponentes chedis que contienen las cenizas de varios reyes de
Siam.
Wat Phra Ram o el templo de la mazorca de oro.

Una de las anécdotas del día fue que nuestro flamante tuktuk se quedó tirado justo cuando
estábamos cruzando la vía del tren. Yo no me lo podía creer, jaja. Tuvimos que bajarnos con el
conductor empujar, junto con un espontáneo que se nos unió por allí. Seguimos empujando
hasta llegar a la gasolinera más próxima, que estaba al lado, afortunadamente. Allí el
conductor nos pidió que le pagáramos para poder echar gasolina. Cosas que pasan en
Tailandia...

A la vuelta decidimos coger un billete de tercera, que valía algo así como 50 céntimos de euro,
tirado. La verdad es que era bastante más incómodo, había ventiladores pero hacía
muchísimo calor y no estaba precisamente limpio, pero bueno, fue una experiencia.


Tailandia-Camboya: después de la tormenta, llegó la noche perfecta

miércoles, 26 de febrero de 2014

El día que nos fuimos de excursión a Ayutthaya, cuando regresamos a Bangkok estaba cayendo el diluvio universal. Esperamos durante un rato en la estación de trenes a ver si aflojaba, pero nada, así que cogimos un taxi y nos fuimos para el hostal. Cuando pasábamos al lado del Palacio Real, el agua subía ya por encima de las aceras, los turistas de Wat Pho y del palacio chapoteaban por todas partes corriendo, pero no había manera de evitar mojarse.
Llegamos al  hotel y nos estábamos dando una ducha cuando se fue la luz. Esperamos un rato y de recepción vinieron a decirnos que no era culpa suya, que se había ido en toda la calle y no sabían cuándo iba a volver. Nos dieron linternas, eso sí. Todavía quedaba luz afuera, pero se estaba haciendo de noche rápidamente. Además, al apagarse el aire acondicionado, la habitación se convirtió en un infierno y tuvimos que abrir la ventana a pesar de la lluvia. Oscureció del todo y dejó de llover, pero la luz no venía, así que ya desesperados, nos pusimos pantalones cortos, chanclas de goma y nos echamos a la calle.
Resulta que desde España, vía web habíamos reservado en el restaurante The Deck, dentro del hostal Arun Residence, que justo fue a dónde fuimos a parar perdidos el primer día buscando nuestro alojamiento. Total, que como teníamos la reserva, decidimos ir para allá a ver qué nos encontrábamos, aunque pensábamos que iba a estar cerrado. Nos dijeron que, por el momento no podían darnos de cenar, sólo disponían de cerveza fría (what??) así que contentísimos subimos a la cuarta planta a tomarnos unas cuantas Changs. Nuestra sorpresa fueron las vistas y el ambiente. La terraza sólo estaba iluminada con velas, frente al templo Wat Arun (uno de los más hermosos) iluminado. ¡Impresionante! Nos quedamos con la boca abierta.



Disfrutamos de una tarde muy agradable. Un rato después volvió la luz y pudimos bajar a cenar. Estaba todo increíble sin excepción, la mejor comida que tomamos en Tailandia. Pensábamos que la lluvia nos estropearía el día, pero no hizo más que mejorar. Una experiencia inolvidable.

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Dubai y el Shake Shak Burguer

jueves, 13 de febrero de 2014

No sé si os sonará el nombre, pero ya os hablamos aquí y aquí  de esta hamburguesería que, a nuestro parecer, sirve unas de las mejores hamburguesas de Nueva York. La descubrimos por recomendaciones en alguna web y no dudamos en ir a visitar el concurrido puesto que tienen en Madison Square Park. No nos decepcionó. Nos gustó tanto que repetimos en esa semana y la hemos recomendado a todos los conocidos que han ido a Nueva York desde entonces.

Introducido el tema, cuando estuvimos un día en Dubai en la escala hacia Bangkok, fuimos a visitar el Dubai Mall, el centro comercial más grande del mundo. Lo cierto es que es impresionante, tiene absolutamente de todo. Debido a sus dimensiones, es fácil perderse o no encontrar lo que buscas, así que en varios puntos hay pantallas táctiles con un plano interactivo del centro comercial. Como nuestra intención era comer allí, buscamos los restaurantes que había y nos apareció el Johnnie Rockets (por aquí  sabréis que nos encanta, sobre todo sus batidos), así que no lo dudamos, nos fuimos a buscarlo. Nos zampamos una pedazo de hamburguesa con sus correspondientes patatas fritas con queso y bacon (de pavo, eso sí) y salimos rodando de allí. Seguimos dando un paseo viendo escaparates y de pronto, un par de plantas más arribas miro al frente y veo un cartel. ¡¡¡¡Es el Shake Shack!!!! ¡¡¡Lo han convertido en franquicia y tienen una sucursal en Dubai!!! Y en mil sitios más, como luego pudimos comprobar... No lo podía creer, todo era absolutamente igual, las patatas rizaditas, los envases, los carteles… Y nosotros que acabábamos de comer. Estábamos tan llenos que no podíamos ni pensar en comer otra hamburguesa, y yo no podía estar más frustrada, casi lloro de rabia. Para una vez que me tropiezo un Shake Shak fuera de Nueva York, estoy hasta arriba. Total, no me resignaba, así que un rato después entramos para tomarnos un batido (buenísimo también), pero claro, me habría gustado comerme una hamburguesa…



Total, durante todo el viaje bromeamos con ir a buscar una hamburguesa cuando llegáramos a Dubai en la escala de vuelta, pero volvimos muy tarde. También se mencionó la posibilidad de desayunar allí, pero los dos pensamos que era demasiado plantarse en Dubai cuando estábamos en un hotel al lado del aeropuerto y teníamos que salir para Madrid esa misma mañana. La última mañana del viaje nos levantamos y, como el hotel no tenía el desayuno incluido, decidimos darnos el homenaje (otro más, jaja) y pillarnos el buffet. En resumen, nos pusimos finos a huevos con bacon (de pavo again), tortitas, croissants, pastas, etc. Magnífica despedida. Luego nos fuimos un rato a la piscina, desde la que se veía el Burj Khalifa, e hicimos tiempo hasta que saliese nuestro vuelo.

Llegamos al aeropuerto, pasamos los controles, pasaporte, etc. y nos dirigimos a nuestra puerta de embarque, y ¿¿¿qué nos encontramos de camino??? Un Shake Shack Burger, por supuesto, jajaja. Otra vez estábamos bastante llenos, pero como habían pasado un par de horas largas desde el desayuno dijimos, ¿por qué no? y entramos a por nuestro menú completito: hamburguesa Shack, patatas fritas y limonada, todo para llevar. En el avión  la gente nos miraba con nuestras bolsas. Cuando ya nos sentamos, desplegamos nuestras mesitas y disfrutamos de la mejor hamburguesa ever y sí, estaba igual de buena que la primera vez. Nos reímos mucho con la anécdota y reflexionamos que somos unos gorrrrdos sin remedio, pero bueno, los viajes ganan mucho cuando te entregas en cuerpo y alma al turismo gastronómico.





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